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domingo, 31 de diciembre de 2017

Hasta siempre 2017

Viene siendo buena hora para reflexionar acerca de este año que está por terminar. A pesar de que este último día del año solo sea un domingo más, la celebración de fin de año es tan importante. Por el mero hecho de darle tanta importancia a esta día, un ciclo inherente termina y otro empieza. Algo extraordinario, que solo nosotros como especie podemos lograr.
¿Pero por qué le damos tanta importancia al fin de un año? Porque ponemos en perspectiva lo que hemos vivido y aprendido, o al menos así debería ser. He leído muchos comentarios pidiendo al 2017 que se termine ya, mostrando que no tuvieron una buena experiencia, pero la verdad es que esto sucede cada año, incluso en las mismas personas. Creen que al siguiente año les ira mejor y muchas veces no es así, pues lo que aprendieron se les metió por una oreja y se les salió por la otra.
Por eso, en esta entrada vamos a ver que hemos aprendido en este año 2017.

jueves, 2 de noviembre de 2017

La reunión en el Barrunte.

    -¿Vas a venir a la reunión?
    -Claro, ya estoy cerca.
    -Vale te espero.
    Colgué y apresure mi paso hacia la librería del ayuntamiento. El zócalo estaba lleno de gente, de puestos de ventas, catrinas esperando algo y niñas y niños pidiendo calaberitas. Entre a la librería, sonaba música disco y fui recibido por un joven vestido de negro.
    -Hola, ¿a quien busca?
    -Vengo a la reunión.
    -Claro, pasa, toma asiento.
    Me senté por un momento en una silla que estaba cerca de la caja registradora, pero después de unos pocos segundos, me pare enfrente de un librero y me puse a leer algunos poemarios de poetas mexicanos contemporáneos  Poco a poco siguieron llegando los demás integrantes del Barrunte.
    -Vamos a comenzar la sesión.
    Nos reunimos al rededor de una mesa. Un tal Osvaldo estaba revisando y corrigiendo un relato, realmente estaba concentrado en eso. Carlos, el que me recibió y es el coordinador, saco su libreta y empezó a anotar el itinerario del día. Omar imprimía lo que había preparado para este mes. Yisus, un chico alto y delgado, se sentó en la única silla disponible, justo a mi lado izquierdo. A mi lado derecho se paro Kharel, una chica de lentes. Del otro lado de la mesa, estaba mi amiga Julisa.
    -¿Qué es lo que tenemos?
    Ellos discutían sobre sus problemas con el editor del periódico  leyeron el material que tenían para publicar este mes de noviembre: cinco poemas, un ensayo, dos cuentos y un buen dibujo. Ellos criticaban que lo que hacia falta a cada texto, decían lo que opinaban respecto a y daban sugerencias. Digo ellos, pues yo solo observaba, no pronunciaba ninguna palabra, solo escuchaba, veía y a veces sonría por las ocurrencias que decían. El dibujo que llevaron era magnifico, en ese mismo momento que lo examinaba, llegaba a mi mente las palabras indicadas para escribir un pequeño poema, mientras los demás tomaban un descanso para hablar de cosas banales.
    Al final de la sesión me fue solicitada mi opinión, a lo que yo dije: "Todo este tiempo, aunque no pronunciara nada, los estuve observando como trabajaban y me gusto mucho el material que trajeron, en especial el dibujo y escribí algo acerca de él, ¿quieren escucharlo?". Esa fue mi carta de presentación, les leí lo que escribí, pareció gustarles: Osvaldo menciono que le recordó algo en latín (?) y me sonreía amablemente; Kharel dijo que era muy bueno; Omar  Carlos y Yisus también les agrado, y el primero me sugirió que no fuera tan lineal en mis metáforas.
    Todos nos despedimos de todos, Kharel, Carlos, Julisa, Omar y Osvaldo, quien me regalo un abrazo y Carlos me dio la bienvenida. Como tenía ganas y dinero para comprar un libro, antes de irme le pregunte a Omar si en el catalogo de la librería estaba presente el nombre de Blanca Varela,  mi nueva crush literaria; nada de nada, estaba descatalogada o dada de baja, no había, estaba perdida. Entonces fui a ver las ofertas y me lleve un libro muy barato de Sabina Berman.
    Todavía esperaría una hora para esperar a mi familia en la terminal de autobuses, así que anduve rondando por todo el zócalo que estaba aun más activo, ruidoso y lleno de gente que dos horas atrás. Frente al palacio de cultura, el grupo Matute y su pandilla tocaba, su vocalista es solo una niña con una voz increíble, muy bonita. Sus compañeros, niños, igual que ella, que rondan los 10 o 13 años de edad. Tocaron clásicos de la cumbia, regionales y del texmex  De pronto, tras la espalda de todos los presentes, una marcha de feministas protestaban contra la violencia a la mujer, los feminicidios y la violencia en pareja, muchas de esas personas vestidas de negro o de catrinas o catrines, con pancartas, velas o ramos de flores en sus manos. Quería tomar una foto a un grupo de chicas que eran parte de esta marcha, pero llegue demasiado tarde y me quede "vestido y alborotado" con celular en mano, disimulando que estaba escribiendo un mensaje.
    Seguí buscando en la librerías cercanas algún libro interesante que comprar. Estaba El arte de amar de Erich Fromm, que no baja de 100 pesos mexicanos; también estaba Querido Diego, te abraza Quiela de Elena Poniatowska, que me parece un libro muy caro, pero bueno, de solo 60 paginas. Ya he leído los dos, pero quiero mi propio ejemplar. Faltando 10 minutos en el temporizador para indicarme la hora para irme a esperar a mi familia, me encontré con dos amigos y nos fuimos juntos en la combi. Yo me baje en el mercado. Para que la espera fuera más agradable, me compre un atole de avena. Viente minutos pasaron y mi familia llego.
    Mi hermano menor corrió a abrazarme, a mi hermana le dí lo que me sobro de atole y a mi madre la abrace. Yo cargue con la maleta pesada, como acostumbran traerla; la subí al taxi y nos fuimos a la casa. Estoy muy alegre por este reencuentro. A pesar de que mi hermana no trajera de vuelta mis dos libros que deje en Acapulco.
    Sin más que agregar, me despido y hasta la próxima entrada.

viernes, 27 de octubre de 2017

Con el pie cojo

Como no estaba inspirado para escribir algún poema (o prosa en verso), me veo convencido a escribir lo sucedido en este día tan lindo.
    Baje del cerro hacia el centro de la ciudad, con el propósito de buscar un libro, El Libro vacío y Los años falsos de Josefina Vicens. Estaba en mi la creencia de que no lo encontraría tan rápidamente, que buscaría en todas las librerías que conociera y no terminaría por encontrarlo. Entonces, puse un pie sobre la primera librería y pregunté. Unos pocos segundos bastaron para que el joven que despachaba, entregara el libro a mi entusiasmo y yo sacara el efectivo para pagarlo.
Me llamo mucho la atención, al leer sobre su autora en Las indómitas de Elena Poniatowska.
    Al salir de la librería, me dije: ¡Eso fue muy fácil! Vamos a comer.
    Comí en el McDonald del zócalo, solo, en una mesita para tres comensales. Pedí una hamburguesa triple con papas y refresco, que cayeron muy bien a mi hambriento estomago.
    Casí terminando de comer, vi parada, en la entrada del restaurante, a una chica del Colectivo de escritores -al cual he sido invitado a participar- buscando, tal vez, a alguien o lugar donde sentarse. Al darme cuenta de su presencia, Liz -como yo recuerdo que se llama- me saludo y yo, haciendo lo propio, le dije "¡Hola!" con una papa embarrada de catsup a medio comer en mi boca. Ella salio sin más y yo seguí con lo mio. Termine de comer y salí con rumbo al puesto de revistas, para comprar el periódico donde el colectivo publica. Luego, me dirigí hacia la biblioteca del estado y en el camino me encontré con la maestra Angelita  que con una preocupación maternal me saludo y me pregunto el por qué caminaba cojo.
    -Me lastime el dedo gordo del pie.
    La maestra me dijo que me cuidara, como si me regañara y se despidió de mi.
    Ya en la biblioteca, busque de nuevo a Josefina Vicens, pero no estaba en el catalogo. Sin algún autor u obra en mente, busque en el pasillo de Literatura y Retórica, esperando encontrarme algo interesante. Tampoco tuve que esperar tanto para hallarlo, pues apareció  un libro de las obras completas de Sor Juana Ines de la Cruz (El próximo 9 de noviembre habrá una lectura de las obras de esta autora, en la librería del ayuntamiento). Le tome fotos a los versos que me gustaran y sorprendieran, y que cumplieran con un comodo requisito: que cupieran en una sola foto.
    Me canse de leer y para descansar, me puse a escribir un rato lo que ahora lees. Me sentía sediento, pero seguí leyendo tras desentumir mi cuerpo, buscando algún otro libro interesante. Octavio Paz apareció con su poesía tan desconocida para mi. En resumen, a Sor Juana y a Paz le dedique una hora a cada uno. Un poco más de dos horas estuve leyendo en la biblioteca, a pesar del todo el ruido que había, pues parece que desde que es más concurrida, la gente no respeta el silencio que debería permanecer en una biblioteca.
    Me gustaba más la biblioteca del estado cuando estaba desolada, casi como un edificio abandonado, cuando los únicos seres humanos presentes eran los empleados del lugar. Eso me pasa por no haber venido más frecuentemente como me propuse hace ya algunos meses.
    Termine de leer y cansado y con el pie cojo, subí a la combi y a mi casa llegue. Durante el viaje de regreso, escribí un pequeño poema. Parece que leer a estos dos grandes autores mexicanos me inspiro para escupir otra atrocidad lírica. Sin más, nos vemos en la próxima entrada.

viernes, 13 de octubre de 2017

Cómo Edgar Allan Poe empezó una amistad.


Eran las trece horas en punto, del día 12 de octubre del 2017. El salón donde yo tomaria mi ultima clase, estaba vacio, ni maestra, ni compañeros había ahí. Entonces cheque el chat del grupo, la maestra habia avisado que no habria clases. Me alegre de tal noticia, pues podría ir al evento de lectura de Edgar Allan Poe. La verdad no me fui de inmediato, todavia cheque algo con unos amigos y ya fue que solucionado eso, salí corriendo del tecnológico y llegue a tiempo al evento.
    Llegué, estaba una niña leyendo un cuento que no recuerdo, pero no era de Poe. Por la ternura que me provocó esta escena, decidí tomar una foto. Desde donde estaba, no podia tomarla bien, así que tuve que acercarme un poco más. Mientras la tomaba, la chica que estaba sentada a un lado no dejaba de mirarme. Ya que tome la foto, baje mi vista y reconocí ese rostro sonriente y sorprendido que me decia "Hola". Hola, le conteste, a lo cual ella empezó a reir. Después de un rato, el anfitrion estaba leyendo los últimos parrafos de El cuento mil y dos de Scherezada.
    - ¿Por qué no te sientas?- Me dijo Julisa, esa compañera con la cual apenas habia dirigido algunas palabras, meses atras.
    Para mi suerte, un asiento, incomodo eso si, se desocupo. El evento siguio: entre un muchacho y un licenciado, leyeron El cuervo en su edición bilingüe, el primero en ingles antiguo y el segundo en español. Que valor el del joven que leyo en voz alta, su mal pronunciado ingles... pero bueno, quien soy yo, no estoy en la mejor posición. Para finalizar, el singular encargado de la libreria del ayuntamiento, leyo un cuento del cual no recuerdo el título. Y ya, después de las despedidas y la invitación de la asistencia la proxima semana, me acerque al anfitrión para proponerle y recordarle que el 13 de noviembre se conmemora el nacimiento de Ignacio Manuel Altamirano. Esto le parecio grato y le conto mi propuesta al mero encargado de evento semanal. Este licenciado dio el visto bueno, ahora solo falta esperar que si lo cumpla.
    El licenciado y el anfitrión, ocupados en sus quehaceres, me dejaron ahi parado, entonces Julisa toco mi hombro y empezó una rica conversación, llena de risas, gestos amables y acuerdos. Estos acuerdos eran sobre cuando hablariamos sobre libros, sobre que faltariamos a dos clases la semana próxima para asistir al evento, de nuevo, pero seria de Oscar Wilde (papí Oscar Wild). Ella remarcaba mucho que estaba sorprendida...
    - ... No me esperaba verte aquí. ¿Por qué viniste?
    - Pues porque me gusta leer y me gustan estos eventos.
    - Me sorprendes, la neta.
    Ninguno de los dos nos la creiamos, yo tampoco la esperaba ver ahí y que compartiera el mismo gusto. Para cerrar la conversación, le mencione sobre el reto NaNoWrimo 2017, ella me pidio que le mandara el link para que se registrara, pues le encanto mucho como sonaba este reto. Ella tambien escribe, y piensa publicarlo próximamente  algo muy ambisioso a mi parecer, pero muy acertado. El proximo lunes, le pedire que me deje leer lo que escribe y yo le mostrare lo mio.
    Y así es como una chica paso de ser una simple compañera, con la que nunca había hablado antes, de esa forma, se transformo en una muy buena amiga y una persona super buena onda. Gracias Edgar, te debo una.