sábado, 27 de enero de 2018

Monólogo #1

Pueden pasar varios días o semanas en que apenas escucho mi propia voz. Solo la uso para decir lo más esencial. Así que cuando tengo que expresarme, la vuelvo a escuchar como es realmente. Llena de ecolalia, tartamudeos e incoherencias semanticas, gramaticales y logicas, con cierto sentido del humor que a veces agrada a mis amigos y familia. Ocurrencias que apenas pienso y me pregunto de donde salen y trato de repetirlas de manera más conciente y no puedo. Así que me guardo el placer de escuchar mi voz, con sus picos agudos y otros graves, que a de a ratos es chillona y otras parace de borracho adormilado. No es tan másculina y ni tan afeminada, mi voz es androgina. Sin querer, tengo ese acento que caracteriza a los "fresas" (como se les conoce en México a los que se creen muy muy y son hijos de papi). Suelo usar el "ito" más frecuentemente de lo que creía.

-Qué bonito... chiquitito... grandecito... saborsito... mi sombrerito... despacito.

¿Por que tengo esa mania? Mi voz suele ser tierna, como que no quiero lastimar con el sonido, pero a veces lo hago con lo que digo. No lo digo con esa intención y la gente suele darle otra interpretación. El tacto es algo que debo mejorar.

Prefiero escribir y escuchar, antes que hablar con los demas. Porque al escribir puedes corregir y no pasa nada, y cuando escuchas, el que se equivoca es otro. El placer de escuchar mi propia voz solo se la permito a quien me ha invitado a hablar, a decir las tonterias sin sentido que sale de mis labios.
Lo que intento en este texto es traducir lo que mi voz sonora a mi dialogo interno, que considero es tan caotica, que entre el desorden, se puede encontrar un pequeño patrón digno de salir e imprimirse sobre el papel o la pantalla. Siendo la voz de mi interior mi preferida, aunque para la lectura de poesía no tanto, porque con ella no puedo disfrutar la musica de la poesia. Ese es su unico defecto.

Y hablando de la lectura en voz alta. Cuando la hago frente al microfono es tan dificil a diferencia de la lectura en casa, frente al espejo o a una camara. Porque la evidencia de los nervios, el tartamudeo y demas vicios del habla, solo podras verlos tu guardado en un video subido a la nube, solo tú. En cambio, frente al publico, es diferente. Podria pasar que alguien te gabre o tome una foto y guarda la evidencia de tu error, y deja eso. No solo digitalmete estara guardado en la memoria universal de internet, sino tambien en la memoria colectiva del publico, del auditorio que esta enfrente tuyo. Siendo este muy grande o pequeño, el secreto de tus errores, ahora se reguerda en otra cabeza.
Por eso me guardo para mi mismo ese placer, el de mi propia voz. Solo para mi y nada más. Que los demas hablen y yo los escucho, así ellos se equivocan y podre reirme de ellos, descubrir sus puntos flacos y fuertes, de su vida, de otra forma de ver al universo y sus inquietudes. Así ya sé lo que no sabia que no sabia. ¡Qué se equivoquen los demas, que el secreto es mio y quiero nadie más lo sepa! Me tapare la cara, modulare mi voz para que suene más grave, ese tipo de voz por la que todos, hombres y mujeres, se mojan. ¿Que tiene de especial? Es un tipo de voz más. La voz aguda tambien es agradable e igual de calida. La voz femenina es increible. Y que digo, hermosa. Esto es un exhorto a que escuchen voces femeninas, son lo mejor.

ADIOS.

¡QUE DIOS TE BENDIGA! A DIOS HAS DE IR. ADIOS. ADIOS. ADIOS A DIOS. DIOS. DIOS.

¿Quien es Dios? Pues el que sale de mi voz, por eso lo guardo con recelo, solo para mi y nadie más. A Dios le pido que Dios no existe más alla de mi boca y me pensamiento, las letras y el papel, la pluma y el cuaderno, la poesia y la novela, el pensamiento crudo y el monologo sin sentido. Mi Dios es libre de hacer lo que quiera, de dejar huella discreta, si el lo quiere. Mi dios no existe en la omnipresencia del aire, pero se transmite en él por un pequeño breve lapso de tiempo reducido.

Me voy, porque mi voz ya ha sido muy maneatada. Adios, adios.

lunes, 22 de enero de 2018

donde ensaya el amor su primer beso

Ciudad de colectivas alamedas
donde ensaya el amor su primer beso,
mientras vuelan los trinos en las ramas
y el sol pinta su adiós carnavalesco.

-Canto intimo a Chilpancingo (Fragmento), Manuel S. Leyva Martínez.

miércoles, 17 de enero de 2018

Solo uno basto

La fugaz estrella temporal,
el firmamento cruzó efímera.
Para nosotros la eternidad fue poco,
un segundo basto... solo uno basto.

Un mezquino radio atómico
(Tan cerca como pude estar)
fue tan lejano, ¡tan lejano!
Fuimos uno... solo uno basto.

¡No, no fue suficiente solo uno!
Vicio, adicción, tu sabor, tú...
prefiero no saber,
saber que fue,
ni como sucedió.

¡No, no fue suficiente solo uno!
Marca dejaste cariñosa
en mi costra compungida.
Después de ti, tan blanda,
                           blanda.

¡No, no basto solo uno!
Que sea otro más
que me he de llevar.
Que sin un pedazo tuyo
y con él (de igual manera)
Me he de morir antes
que tu regreso absurdo.