En el intento de
la capa nocturna del cielo,
cubrir mi cabeza de ensueños,
en esas noches de vigilia
un mar de pensamientos me inunda.
Y entonces llegas tú:
tromba dulce, bella;
tsunami que abraza
a llevarte a esas
que son mis penas.
Ola que no destruye,
compone.
Agua que no limpia,
sana.
Sal que no arruina,
nutre.
Eres desastre que me convierte en
obra.
Eres fenomeno que me convierte en
milagro.
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